Se llevó a cabo un emocionante partido de fútbol entre los reclusos (locales) y los guardias (visitantes) de una penitenciaría local en la ciudad de Encarnación.
Estaba en juego el trofeo "Libertad", en su primera edición.
Después de un aburrido primer tiempo y un segundo tiempo para el olvido, la prórroga fue un verdadero partido "so'o".
Iban 29 minutos del alargue cuando una falta poco clara dentro del área culminó en una sanción de tiro penal muy discutida por el público presente. Inclusive llegaron a la caradurez de gritarle "ladrón" al árbitro.
De le ejecución se encargó el nro. 9 del equipo visitante. Con una soberbia patada envió el balón fuera del estadio y como nadie pudo ir a buscarlo el partido necesariamente se dio por terminado empatado sin goles.
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