Largos ocho meses han pasado para que un niño de trece años haya terminado al fin con la agonía de todo un país.
Estamos hablando de Oscarcito, que a causa de su nombre vive condenado a una triste y penosa realidad.
"En la escuela no me dejan jugar, dicen que soy tyeraku porque me llamo igual que Tacuara. Cuando hay penal si que me piden que me vaya otro lado para no mirar. Malos son." Se lo escuchaba relatar con una voz entrecortada.
Hasta que encontró la luz al final del túnel: "Mi papá me regaló para mi play y lo primero que hice fue poner partidito y elegí Paraguay y a la computadora le puse España. Después de varios partidos me hicieron un penal." Hace una pausa para continuar.
"Le elegí sin dudar... La flechita de la derecha y apreté cuadrado no tan fuerte... Después GOOOOOOOOLLLLLLLLLL. Por finnnnnnnnnn.. Ahora mis compañeros ya me quieren. Todos los días vienen a jugar conmigo." Culmina ingenuamente mientras llegaba uno de sus compañeritos interesado.
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